julio 30, 2009

Ton Ton (parte segunda)

No existía descanso, o al menos la mayoría creía nunca haberlo tenido, solo se detenían para respirar, para organizar su cuerpo y evitar que éste, en alguna mala posición, echara raíces sobre los hornos. Solo una sirena les advertía el cambio de función: el martilleo por los hornos; y las sombras se movían noctámbulamente de un lugar a otro, sin saber explicar lo extraño de su reaccionar, si saber siquiera si esto algún día acabaría.



La mayoría había permanecido allí por siempre, apilados como balones de gas, siempre de manera erguida, aparentando una presteza incongruente con su apariencia; sin embargo, de manera extraña, había quienes llegaban...

julio 19, 2009

Ton Ton (parte primera)

Los martillos retumbaban en los eternos pasillos del almacén, mientras los hornos asaban y cosían las almas de los que eligieron el infierno como su hogar. Los brazos con el tiempo habían perdido su color a carne, ese rosado que injuriosamente se hubo lejos en cada martilleo sobre el metal. En su lugar, una hosca mancha negra cubría las infinitas partes de los que dentro del almacén, se perdían como sombras en las paredes.




Las manos cerradas y aferradas como puños a los cinceles y martillos, aparentaban terminaciones naturales de los cuerpos; nada era igual o parecido a cualquier cosa que haya sido en el pasado. No se supo mas de sensaciones humanas, los sentimientos se iban en cada bocanada de aliento que sobre los hornos, las sombras confundían con alguna chispa de vida; los lamentos eran susurrantes canciones, que sutilmente, destruían las barreras del ruido y martilleo, eran canciones que a menudo le recordaban a las sombras sobre los hornos, que también fueron algo antes.