agosto 11, 2009

Sentado en el pasillo...


Respiro, y el viento me parece confuso,

las tardes otoñales

aún no me dejan ver tu rostro a través de la niebla;

sin embargo,

tus ojos me abren el camino,

y me dicen,

con certera convicción de que éste

es correcto.

Son intensos los momentos

en los que sueles mirar el cielo,

los momentos en los que

sueles dibujar una sonrisa en la arena y

me dices que lo único sincero

es aquello que nunca acaba,

que lo perenne son los sentimientos,

que no existen maneras de vivir,

sino de sentir.

La mirada ardiente de tu rostro,

me permite creer nuevamente,

en los sueños que pintaste sobre mi cabeza

mientras sentados,

observando al destino desde el suelo,

reíamos en el pasillo…