mayo 27, 2010

Tiempo...

Relojes de arena,


custodian las enormes paredes,


que con el tiempo han perdido


el color, el aroma y la musica de lo ya vivido.


Avanzamos distraidos, entre la oscuridad,


entre palabras y situaciones complicadas


mientras los relojes avanzan sin permitirnos el descanso...


Sin embrago,


solo el deseo de lo perfecto logra detener,


el complicado argumento de lo rutinariamente correcto,


"somos minutos sobre la arena,


somos arena dentro de los relojes,


somos alimento de nuestra esencia"


Y las tardes manchadas de aletargamiento


se detienen frente a nosotros,


nos dice que la eternidad es una opcion,


que lo ansiado es necesario,


que es inclemente el frio que se siente


cuando el calor tuyo, se ve alejado por la distancia...


Dejemos el reloj quieto,


que el amor y el destino se encargara del resto...