enero 17, 2012

TERESA


Querida mamá:
Hace mucho tiempo que no tengo noticias tuyas, creo que tal vez es por ingratitud mía o por que el correo hoy en día se está convirtiendo en un fiasco. Lamento no haber podido ir para tu cumpleaños, es que justo se topó con una reunión en el club, una reunión de trabajo para ser más exacta. Sabes, Oscar ya está hecho todo un hombre, por cierto tiene los ojos de su padre, ya va al jardín. No lloró en su primer día, en eso se parece a mí. La gente dice que es un niño adorable, que sin que yo me de cuenta, se volverá en un adulto y que me dejará; yo creo que eso no sucederá. Por cierto, hable con Rodrigo y acordamos que sería bueno que te vengas a vivir con nosotros, así podrías ver más de cerca a Oscar y de paso podría tenerte junto a mí. Creo que ya es tiempo de que dejes esa casa que no hace otra cosa que recordarte la muerte de papá; es tiempo de doblar la página, de pensar en un nuevo comienzo junto a las personas que te quieren. Me enteré de que ahora cultivas plantas y que tienes en el patio de la casa algo parecido a un huerto; me parece muy saludable, al menos es mucho mejor que tirarte al abandono o intentar algunas otras cosas más locas. En resumen, espero tenerte muy pronto por acá, no me hagas pensar que esas plantas han ocupado mi lugar de hija.
Te quiere, Julia.

PD: ahí te mando una foto de Oscar





Continuará...

octubre 16, 2010

Bolsita de caramelos...


¿crees en el cielo?,

el viento se lleva consigo las viejas razones,

las cultiva en adustos huertos

que miran con desdén el paso del tiempo.

Hoy la vieja puerta se abre,

y con ella mi pecho explota:

los colores son varios,

las sensaciones infinitas;

y caen como bolsitas de caramelos sobre el suelo,

las estrellas que desde adentro,

anhelaban con imperiosa necesidad regresar allá arriba...

La noche se tiñe de un color extraño

los gatos corren por los tejados alocadamente

mientras mi corazón y yo, sentados sobre una vieja caja,

pintamos sobre el cielo nuestros sueños...






mayo 27, 2010

Tiempo...

Relojes de arena,


custodian las enormes paredes,


que con el tiempo han perdido


el color, el aroma y la musica de lo ya vivido.


Avanzamos distraidos, entre la oscuridad,


entre palabras y situaciones complicadas


mientras los relojes avanzan sin permitirnos el descanso...


Sin embrago,


solo el deseo de lo perfecto logra detener,


el complicado argumento de lo rutinariamente correcto,


"somos minutos sobre la arena,


somos arena dentro de los relojes,


somos alimento de nuestra esencia"


Y las tardes manchadas de aletargamiento


se detienen frente a nosotros,


nos dice que la eternidad es una opcion,


que lo ansiado es necesario,


que es inclemente el frio que se siente


cuando el calor tuyo, se ve alejado por la distancia...


Dejemos el reloj quieto,


que el amor y el destino se encargara del resto...


enero 27, 2010

Y sucede...

Y sucede cada vez que miramos al cielo,

cada vez que una gota se nos posa en el rostro, y

de manera inesperada,

alimentamos esperanzas dentro de baúles

que ya de viejos, no pueden abrir los brazos.

Y sucede que las noches suelen ser complices,

de aquellos sapos que nos llevan sobre sus hombros

por entre la oscuridad, a ciegas,

confiando en su instinto y

esquivando vagos recuerdos,

esquivando al azar, que ensaya caprichosamente,

nuestros destinos.

A medida que avanzamos

descubirmos pasillos etéreos

llenos de sensaciones que invaden,

cada metro que pisamos y observamos;

y las consecuencias somos nosotros

unidos en un beso que derrota al tiempo,

que sonroja al futuro, y

que de manera relativa,

alimenta de color, nuestro presente...