el viento se lleva consigo las viejas razones,
las cultiva en adustos huertos
que miran con desdén el paso del tiempo.
Hoy la vieja puerta se abre,
y con ella mi pecho explota:
los colores son varios,
las sensaciones infinitas;
y caen como bolsitas de caramelos sobre el suelo,
las estrellas que desde adentro,
anhelaban con imperiosa necesidad regresar allá arriba...
La noche se tiñe de un color extraño
los gatos corren por los tejados alocadamente
mientras mi corazón y yo, sentados sobre una vieja caja,
pintamos sobre el cielo nuestros sueños...

2 comentarios:
QUé marica
y el corazón no necesita desprender sus sueños en el cielo.. si tan sólo se comprime a tus manos armoniza en silencio una sonata llamada beldad y su representación mágica en el invierno más duro o el la primavera más tibia.. se hace realidad en una hoja de papel .. ;)
paz y bendiciones . un poblador t2o
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