(es mi ultimo post para esa persona)
Su sombra, de tinta negra, manchaba el suelo, dibujaba la condición de una bestia, de un indomito animal que buscaba a la noche como solución recurrente a sus penas, esas penas que el olor a mar solo apaciguaban por severos ratos, y que lo hacían débil y a la vez fuerte; esos lapsos en los que podía sentir a la Luna dibujada en sus ojos; en los que le podía cantar y mirarla fijamente, como si tratase de acercarla a él.

Sin embargo, los tejados, las antenas, los terribles zarpazos y la lluvia de estrellas, solo le recordaban cuan lejos estaba él de ella, cuan difícil le sería volar hacia su mirada, sin la prestancia de unas alas, y cuan cierto era eso que le decían acerca de lo posible e imposible.
La noche suele callarse y dar paso a ligeros movimientos, zigzagueantes pasos, que inútilmente, a oscuras, trataban de acercarse a la Luna...