Relojes de arena,
que con el tiempo han perdido
el color, el aroma y la musica de lo ya vivido.
Avanzamos distraidos, entre la oscuridad,
entre palabras y situaciones complicadas
mientras los relojes avanzan sin permitirnos el descanso...
Sin embrago,
solo el deseo de lo perfecto logra detener,
el complicado argumento de lo rutinariamente correcto,
"somos minutos sobre la arena,
somos arena dentro de los relojes,
somos alimento de nuestra esencia"
Y las tardes manchadas de aletargamiento
se detienen frente a nosotros,
nos dice que la eternidad es una opcion,
que lo ansiado es necesario,
que es inclemente el frio que se siente
cuando el calor tuyo, se ve alejado por la distancia...
Dejemos el reloj quieto,
que el amor y el destino se encargara del resto...
5 comentarios:
Los relojes blandos de aquellos bigotes de Dalí o el tic tac del corazón delatador
O es ahora una eternidad o no lo será jamás
hahaha
frik
Gracias broder, inspirador.
ya no me hables del tiempo
Odio los relojes..no los uso ni usarè . Por que tuvieron que cronometar cada momento , sentimientos , recuerdo . Ponerle fecha de caducidad , vencimiento y de naciemiento a algo y no solo disfrutarlo
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