sobre los granos de arena
que discurren injuriosamente
por entre nuestros dedos y tu cabello.
El agua transporta nuestros sueños,
los lleva al otro lado del mar
para mezclarlos
con el azul del firmamento;
mientras por la orilla de otros océanos
un titán juega con un trozo bañado de esperanza
lo lanza, como tratando de provar su furia,
su vitalidad, su fuerza;
sin embargo,
la arena y nuestros sueños
logran disuadir a aquella bestia
que aturdido,
comprendio lo singular de un sentimiento.
Lejos, muy lejos de aquel lúdico océano
me encuentro solo, descalzo
con la frente abierta hacia el cielo
esperando que tus ojos
me enseñen nuevamente el camino
hacia tus manos, tu pelo y tu nombre,
aquel nombre que las aguas
no se atreven a borrar con cada oleaje
sobre la arena...
2 comentarios:
me ha gustado como he sentido el simil de tus palabras con el movimiento del mar.
:)
Nunca podré escribir poesía así, simplemente nunca pude.
Bueno
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